
Por un menú gastronómico compartido, que celebre el 19 de Julio, día de Iberoamérica.
Por un paladar Iberoamericano lleno de salsas, sabores y un próspero destino compartido. ¿Y si la unidad iberoamericana no estuviera en los despachos… sino en la cocina? ¿Y si en vez de acuerdos políticos interminables, nos sentáramos a compartir una feijoada con gazpacho, una arepa con jamón ibérico, o una moqueca con alioli?
Por Javier Pertierra
Queridos lectores:
Iberoamérica no solo se escribe. Se guisa. Se fríe. Se sazona. Y se sirve caliente.
Por eso hoy, con más hambre que protocolo, celebramos una iniciativa que huele a unión, suena a música y sabe a mestizaje:"
Una mesa para 22” países fraternos, al menos", el menú compartido que proponemos para el Día de Iberoamérica (19 de julio).
El restaurante de Casa de América en Madrid —ese elegante embajador de las emociones iberoamericanas—
decidió que las cumbres también pueden servirse en platos hondos.
Y preparó una carta especial para celebrar el mestizaje culinario de los países que forman esta comunidad. No con discursos, sino con delicias.
Y es que, ¿quién puede negar que compartimos algo profundo cuando nos emocionamos con el olor del cilantro,
con el sonido del chorizo en la sartén o con ese dulce de leche que se derrama “accidentalmente” sobre el alfajor
Desde aquí proponemos que, en este menú de memorias y sopa de letras, el 19 de julio, cada restaurante que se consideres iberoamericanista—de Lima a Lisboa, de Porto Alegre a Pamplona—
prepare un plato fusión inspirado en al menos dos países hermanos.
Puede ser sobrio o creativo, elegante o casero, callejero o sofisticado,
pero debe tener algo en común: que hable de nosotros.
De nuestras historias cruzadas, de nuestros ingredientes compartidos,
de esa cultura que se cocina a fuego lento y se sirve con corazón.
Además de gastronomía, también compartimos ritmos, letras, carcajadas y refranes.
Porque en cada canción iberoamericana hay una receta, y en cada receta, una historia.
Y porque cuando un español les pone aguacate a algunos platos,
y un mexicano le echa picante hasta al postre, no se están contradiciendo:
están hablando el mismo idioma con acento distinto. Un relato desde el paladar
Esta propuesta no es solo culinaria. Puede ser política, pero para "saborear"(sin ser pesada), es cultural (sin ser cursi), y es identitaria (sin excluir a nadie).
Es decirle al mundo: "Sí, somos diversos, pero sabemos aliñarnos".
Es demostrar que una red de 22 países con más de 800 millones de personas
puede encontrarse no en una frontera… sino en una cazuela.
Así que cocinen, mezclen, prueben y compartan.
Y si no saben por dónde empezar, echen un poquito de guacamole a las croquetas,
un poquito de yuca al cocido madrileño…
y denle sabor a la historia.
Se me ocurre debería tener, en principio, dos requisitos:
1- que tenga un plato o menú fusión inspirado en al menos dos gastronomías Iberoamericanas.
2- Incluirlo en la carta o menú -o sugerirlo- en el 19 de Julio (o durante esa semana (
Porque, al fin y al cabo, como decía aquella abuela que todos tuvimos:
> "Si no sabes cómo unir a la familia…haz una buena comida.
En "Prensa Mercosur.org" y "Enlace Iberoamericano seguimos removiendo la olla.
¡El gusto también es nuestro!