URUGUAY – Este jueves por la mañana, la Policía arrestó a una mujer de 32 años sin antecedentes penales. Esta mujer se había involucrado en un suceso alarmante que ocurrió el 17 de octubre, cuando ingresó al Hospital de Canelones vestida como enfermera. En ese momento, entregó un arma de fuego a un recluso de la cárcel de Santiago Vázquez, quien estaba recibiendo atención médica en ese centro de salud. La actuación de la mujer generó una gran preocupación, ya que el recluso, condenado por homicidio y tráfico de armas, había sido trasladado al hospital para tratar problemas de salud.La Policía detuvo a la mujer sobre las 11 de la mañana durante un allanamiento en el barrio Monarca de Montevideo. Durante la operación, los agentes realizaron una búsqueda exhaustiva y lograron localizarla. Posteriormente, la trasladaron a la ciudad de Canelones, donde ahora se encuentra a disposición de la Fiscalía departamental. Se prevé que la Fiscalía la impute en las próximas horas, lo que podría resultar en serias consecuencias legales para ella.

Sucedió en el INR de Canelones

En los eventos del 17 de octubre, los agentes de la Policía estaban custodiando al recluso en el Hospital de Canelones (INR), donde lo habían llevado desde la cárcel para recibir atención médica. Mientras los policías vigilaban, una mujer vestida como enfermera entró al lugar, se le acercó y le entregó un arma de fuego. Esta arma resultó ser un revólver de calibre .38, que contenía seis municiones, un detalle que incrementa la gravedad de la situación.

Los policías que custodiaban al preso reaccionaron rápidamente al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Incautaron el revólver y lograron reducir al recluso, evitando así que pudiera utilizar el arma. Sin embargo, la mujer, en medio del caos, logró fugarse del hospital. A pesar de los esfuerzos de la Policía para buscarla por las inmediaciones, no lograron dar con su ubicación.

Afortunadamente, en el lugar no hubo disparos y ninguna persona resultó herida durante el incidente. Este hecho ha causado un gran revuelo en la comunidad local y ha llevado a las autoridades a reforzar la seguridad en hospitales y otros lugares donde se brinda atención médica a reclusos. La situación ha generado un debate sobre la seguridad y el protocolo que se debe seguir cuando se traslada a un prisionero a un centro de salud, para evitar que se repitan incidentes similares en el futuro.